Desayuno con proteinas


Quien crea que no necesita el desayuno o que hay que evitarlo para no engordar, se engaña. Es la comida más importante del día e incluso aquélla en la que están permitidas indulgencias que incluyen desde chocolates y pizza, hasta pastel de manzana.Esta permisividad en el desayuno parte de investigaciones separadas realizadas por la endocrinóloga especialista en enfermedades del metabolismo Daniela Jakubowicz, autora del libro en inglés The Big Breakfast Diet; y las de su hijo, también endocrinólogo, Salomón Jakubowicz, autor del libro titulado Ni una dieta más y de la página de internet www.niunadietamas.com , además de asiduo invitado a programas en Univisión y Telemundo.
Los dos son nacidos en Venezuela.Los estudios de la doctora han sido publicados en The New England Journal of Medicine y en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, en tanto que su hijo escribe columnas sobre el tema en diferentes periódicos de América Latina. ``Los estudios de Daniela Jakubowicz han cambiado nuestra aproximación al tratamiento de la obesidad'', destaca el doctor Walter Futterweit, profesor de Medicina en Mount Sinai School of Medicine.Estos estudios fueron realizados en conjunto con la Virginia Commonwealth University, en Richmond.
Los dos endocrinólogos venezolanos consideran que la dieta ideal parte de la teoría de que un desayuno alto en proteínas, que además incluya cada día uno de los alimentos favoritos considerados ``prohibidos'', puede controlar el hambre durante todo el día y, al mismo tiempo, suprimir los antojos por carbohidratos y dulces que algunas personas experimentan en horas de la tarde.
El almuerzo y la comida son para proteínas y vegetales y el compromiso es olvidarse de los dulces hasta la mañana siguiente.Las observaciones indican que, por naturaleza, el cuerpo procesa los alimentos de manera diferente en la mañana.``En vez de comer carbohidratos en la tarde, hay que guardarlos para la mañana siguiente.
Es en el desayuno cuando se debe consumir uno de esos carbohidratos por los que se sienta mayor debilidad, ya sean chocolates, pasta, donuts, pizza, helados'', aconseja Salomón, quien cuenta que personalmente ha tenido que luchar desde muy joven contra el sobrepeso y en ello la guía ha sido su madre.
En este tipo de plan, los alimentos altos en azúcar se consideran adictivos cuando son consumidos en la tarde. La sensación de ingerir carbohidratos es placentera por unos minutos, pero poco después se transforma en ansiedad por comer más.Un ingrediente que se considera básico en el desayuno y en general en este tipo de dieta es la leche.``Contiene nutrientes que aceleran el metabolismo, como la proteína lactosérica'', explica el médico.A partir de esa observación creó el suplemento nutricional, que también lleva el nombre Ni una dieta más.
Consiste en un concentrado de suero en polvo con alto contenido en proteína lactosérica, con sabores a vainilla y chocolate, que se utiliza para preparar batidos que complementan las comidas y ayudan a lograr la sensación de saciedad. El producto estará en unas semanas en farmacias de la ciudad, como Navarro.
Ingerir una alta cantidad de proteínas al desayuno, además de quitar el hambre, tiene un efecto positivo en la piel.``La falta de proteínas en el desayuno disminuye la elasticidad de la piel, promueve las arrugas y el envejecimiento prematuro'', dice Salomón.
El mismo efecto se produce cuando se hace ejercicio en ayunas.``El cerebro debe activar el sistema de emergencia para obtener energía y la piel es el tejido donde se puede encontrar gran cantidad de proteína, al igual que en los músculos '', agrega.La falta de sueño es también considerado un factor que contribuye al desarrollo de la obesidad.``Sólo al dormir profundamente ocurren los cambios que ayudan a bajar de peso'', explica Salomón.Por otra parte, si la dieta se suma al ejercicio, los resultados se duplican.``Con sólo cinco minutos de ejercicio intenso se producen cambios hormonales en el cuerpo que llevan a bajar de peso'', indica el médico.
``Caminar durante una hora a paso lento es menos útil que practicar ejercicios con intensidad por cinco minutos, como subir escaleras, trotar, montar bicicleta o levantar pesas'', explica.Los dos endocrinólogos están de acuerdo en que las dietas de proteínas son más fáciles de adoptar con éxito porque disminuyen el apetito y no dependen de la fuerza de voluntad. Esto a diferencia de las dietas hipocalóricas, que son difíciles de convertir en un estilo de vida porque se tiene en contra la ansiedad del hambre.

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